El análisis de este beso comprende gran complejidad. Pueden surgir innumerables variantes, aunque eso sí, todas comparten una característica inalterable: bajo ninguna circunstancia consiguen evitarse. Suele calificarse de "prohibido", porque puedes llegar a dárselo a alguien aún sabiendo que está mal hacerlo, porque puede que a quién se lo des, no te convenga, pero que la atracción sea tan fuerte que sea imposible evitarlo y hasta el lugar suele ser inapropiado.
Ambos pueden llegar a saber que se atraen, hacen hasta lo imposible por estar juntos (aunque sea sólo un ratito) e incluso filtrean.
Este beso puede reposar en los labios durante un espacio prolongado de tiempo, pero antes o después buscará el lugar predestinado.
Quema en la boca o en la imaginación. En el segundo caso pueden ser decepcionantes, por lo que es recomendable no hacerlos esperar demasiado. Eso sí, cuando no decepcionan, son totalmente adictivos. Necesitas más y más y más.
Es un beso apasionado, febril y con un sentido de la orientación muy preciso. En su versión más dicharachera tiene tendencia a la nocturnidad, al capricho y a la improvisación. En la más reposada, es un beso estudioso del lugar deseado, reflexivo y paciente y desencadena una noche de atracón de besos, de esas de las que no debemos prescindir. Suelen tener ese sabor dulce que a todos nos embriaga, porque siempre decimos que lo prohibido, al ser tan tentador, nos proporciona ese gusto tan diferente al resto.
Io*
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