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sábado, 26 de septiembre de 2015

Pocas palabras

Muchas veces me pregunto la verdadera razón por la cuál ya no estás presente. Horas sin dormir, repleta de dudas, de preguntas. Pero ahora que dices que estás aburrido, me doy cuenta de que seguramente sea mi culpa (por intentar hacer sonreír a alguien que no quiere hacerlo conmigo, por hacer esfuerzos y encontrar indiferencia).

Y sí, es lo que suele pasar cuando sabes, de antemano, que va a salir mal y aún así te lanzas, te mojas, eres concreta y concisa. Pero no te preocupes, aparecerá alguien y seguiré dando todo por nada; aunque duela, seguiré, pues así nací.

Me encantaba cuando, ANTES, enviabas esos mensajes que me hacían sonreír sin importar cuantas veces los leyese (pero éso es un secreto y no te lo diré). No importa cuanto tiempo pase, siempre podrás hablar conmigo......, sólo si tú quieres.

Y si sigo hablando a pesar de que no contestes no es porque quiera hablar 24 horas contigo, sólo es porque quiero saber que estás ahí, al otro lado de la pantalla como yo. Sólo eso; es demasiado??? Dímelo tú!!

Y así, en menos de 200 palabras, te lo puedo explicar.

    Io*


lunes, 14 de septiembre de 2015

14 de septiembre

Hola, esta carta quizá tampoco la leas; hay cosas que quizá nunca vaya a contarte..... Aunque tú no lo sepas, estoy siempre atenta a todo lo que escribes, a todo lo que te rodea.

No sé si pido mucho, igual sí, yo que sé, pero me conformaría con poder besarte al menos una vez al día, esperarte a la salida del trabajo y hacerte olvidar tu rutina o tus miedos, todo bajo las sábanas. Y sí, me gustaría poder escribirte alguno de mis testamentos cada día, sólo por el placer de ver tu sonrisa al leerlo. Podría ser capaz de amanecer cada mañana con mi cabeza ahí, mirándote. Valóralo, y si es poco, me lo dices.

Podría decirte que nadie me ha enganchado como tú. Aún así te diría, que aunque posiblemente no seas perfecto en nada, eres el único capaz de hacerme sentir única en el mundo, y aunque puede que suene a poco y mis cartas no sean las más bonitas del mundo, para mí lo es todo. Hace tiempo creía que nadie me volvería a gustar tanto. Y entonces apareces tú, para hacer bonitos hasta los lunes por las mañanas.

Soy de las que creen que un hombre también necesita de detalles, de mensajes, de desayunos en la cama, y otras cosas. También soy de las que prefieren cenas de ésas en las que puedes sentarte a mi lado mientras me acaricias, de las que le basta con un simple colchón en el suelo y unas palomitas mientras vemos nuestra peli favorita; no me gustan los regalo, yo preferiría que al abrir la puerta me besases como si no hubiese mañana. Quiero miles de aventuras....... y las quiero contigo.

No funciona lo de ponernos de acuerdo para no volver a hablar. Me acuerdo cada día, imagino dónde estás, me pregunto si tienes ganas de volver a hablarme, de preguntarme si aún te recuerdo...... Suelo verte en línea y pienso que quizá sea buen momento para cerrar los ojos y lanzarnos...., igual al vacío o a sonreír de nuevo.

Y es que el amor es inesperado, no se puede controlar ni evitar, no es cuando tú quieres o cuando crees que lo necesitas. Te hace sonreír sin avisar.

Disfrutaría viéndote como te vistes mientras me hago la dormida por la mañana; porque un desayuno a dúo es más bonito. Porque aunque pasen los días, los meses o los años, sólo queremos que se quede quien nos hace sentir, y tú....., tú te salvas aunque me duela.

¿Por qué será que nada nos acojona más que querer? A la mínima, escondemos el corazón muy dentro. A mí no me dan miedo mis ganas de verte, lo que me asusta es que no se vayan nunca.

Buenas tardes Sr. "Tú también llevas uniforme".

   Io*