Vistas de página en total

miércoles, 30 de mayo de 2012

Esos días......

La memoria es perezosa e hipócrita, porque sólo retiene los mejores y los peores recuerdos, los tiempos más extremos, borrando la medida de lo cotidiano.

Cuanto más escucho su voz, más encuentro la claridad que tanto me ha seducido, esa mirada viva en la que podría llegar a perderme durante noches, esa sonrisa que a menudo está a punto de hacer desfallecer mis rodillas, cayendo completamente rendida.

Una vez me dijeron que la pena de la ausencia se borra ante la memoria de los recuerdos felices, pero yo siempre me pregunto: "¿Cuándo dejaré de pensarte tanto?". Me gustaría tener mil y una conversaciones contigo, preguntarte mil cosas y oír tus miles respuestas. Querría sentir tu mano junto a la mía, ir al lado el uno del otro. 

Hay determinadas situaciones que, a priori, pueden prestarse a determinadas actuaciones, aunque unas pocas veces en toda nuestra vida hay algo más fuerte que el deseo que, al final, termina imponiéndose a él. El miedo a la torpeza, el miedo a que descubras mis sentimientos, el miedo al día siguiente y a los días que vendrás después.

Desearía pasar noches enteras conversando contigo, el uno frente al otro, mirándonos a los ojos, cogidos de las manos. Pero también me digo a mí misa que tengo que vivir mi vida. 

    Io*


domingo, 27 de mayo de 2012

Cinco minutos

Perdón si te llamo, perdón si te escribo. Yo tenía otros planes para mí. Perdón si te busco, pero echarte de menos de lunes a lunes, me vuelve loca.

Tener sólo 5 minutos al día para verte, impregnarme de ti y disfrutar de tu compañía, me son insuficientes, necesito más. Mis sueños son en color, tan reales!, y hasta me invento cualquier cuento para hablarte.

Me inquietas, despiertas en mí cosas casi olvidadas, has llegado calando hasta los huesos. Me agita tu voz y hasta siento escalofríos si nos acercamos; siento que hay respeto y ternura a la vez. Me gusta, también, mirarte en silencio y pensar que sin tenerte, te tengo.

Ir a contracorriente es duro, pero parece mi destino; hasta me siento como un ladrón buscando su fortuna.

Mientras tanto, miro la vida pasar, pero no quiero aceptar que no vendrás. ¡Tenemos pendiente ese café!

       Io*

domingo, 20 de mayo de 2012

Creer en el destino


Quiero escribirte desde un futuro, desde un destino, desde un amor grande. Quiero contarte cosas que no seas nostálgicas, porque aún no han pasado. Quiero pensar que hay un tiempo para nosotros, para ti y para mí. Ya hay un espacio para que nos amemos y olvidar todo este tiempo separados.

Quiero que sepas que hay un lugar que nos espera. Un lugar, donde la noche no se termina sin nuestro beso, un beso correspondido, donde no hay inviernos contra ti, ni contra mi, sólo el calor de un amor que creció de las astillas de la distancia y que floreció entre nuevas madrugadas.

A ese lugar llevaremos todas las cosas que hablan de nosotros, todos nuestros recuerdos, los tuyos y los míos, todas esas noches que nos soñamos para no extrañarnos; tú sabes de lo que hablo; pero ya casi puede distinguirse un solo rumbo, ese sendero por que el vamos tú y yo, los mismos colores, los mismos lugares.

Es a ese destino, a donde iremos juntos.


    Io*

viernes, 18 de mayo de 2012

Cómo me gustaría que fuese....



Cuando alguien nos gusta, a menudo decimos que nos gustaría que fuese......, que se portase de una manera determinada, que hiciese tal cosa, que se pareciese a......, que nos regalara tal cosa, que nos sorprendiera de tal manera, tantos que.......
Todo eso es una auténtica fantasía, que cuando no se ve realizada, se convierte en desilusiones. De éstas pasamos a los reproches y de éstos a la frustración de no ver cumplidos nuestros "deseos"; lo peor: que a menudo significan el fin.
Cuando llegamos a esta conclusión, además de sentirnos tontas, nos sentimos estafadas; como cuando compras algo que ansiabas y resulta que no funciona tal y como lo habías imaginado. Pues sí, te sientes estafada, la mayor estafa de tu vida, creyéndonos inocentes, mostrándonos como meras víctimas. Todo te da igual y te conviertes hasta en intratable. Y lo peor de todo es, que siempre hay alguien que te avisa, aunque tú no lo quieras ver, porque estabas ciega.
Pero un día, decides abandonar esta batalla interna que no te llevará a ningún otro sitio. Y ese día te distraes con el vuelo de una mariposa. Ese día, te saltas el semáforo y encima, te ponen la primera multa de tu vida. Y ese mismo día, aparecen unos ojos con un misterio que te gustaría descubrir, y piensas: me gustaría que fuese........
Me gustaría que fuese un hombre de voz profunda, de piel suave; un hombre que cuando me emborrache, me lleve a casa en brazos; que me haga enmudecer; que me mate a besos por las mañanas; que tenga que caminar por la calle cogido de mi mano. Me gustaría que me escribiese mensajes de amor a las 3 de la mañana; que me hiciese el amor con la cadencia de las noches de invierno; que me hablase entre sueños, susurrando, y que colocase mi cuerpo en la posición adecuada para guardar silencio durante horas. Me gustaría que me llevase lejos de mí, con ÉL.
Me gustaría que fuese.......
¡NO! Sólo quiero que sea.
Sí, eso es lo que quiero.

        Io*

miércoles, 16 de mayo de 2012

La primera cita


Es para una chica uno de los momentos más especiales. Un momento en el que te "juegas" el todo por el todo. Puede que después no quieras volver a saber nada de esa persona, pero puede también, en el mejor de los casos, que te des cuenta de que te gusta y quieras conocerlo más y más. 

Cada día, en el mundo, se producen millones de citas, pero, ¿os habéis preguntado alguna vez todo lo que podemos llegar a pensar y planear las mujeres para ese momento? Preguntas como: "¿Qué me pongo? ¿De qué hablo? ¿Y si no me gusta? ¿Hasta dónde llegar si todo va bien?".

Lo mejor es relajarse y disfrutar al máximo. Pero sobre todo, para que vaya sobre ruedas, hemos de tener bien claro que es lo que NO debemos hacer, si queremos que nos vuelva a llamar.

A la primera cita, solamente deben acudir dos personas de cuerpo y mente: él y tú. No es recomendable contarle así, sin anestesia, tus penas sobre algún ex o hablarle de un gran amor pasado; eso es un mal comienzo. No queremos que se sienta como un "quita penas", y tampoco que nos deje de ver como una posible conquista. Puede que se sienta incómodo y no quiera repetir. Nunca hemos de preguntar en la primera cita por sus ex, pues nos mostraremos como celosas, inseguras y hasta cotillas.

Vamos a olvidarnos durante un ratito del móvil, porque demostrará una gran falta de interés prestarle más atención que a la persona que tenemos delante. No a las llamadas, ni al facebook, ni al whatsapp (aunque nos pueda resultar complicado). Pero si es él quien está todo el rato pendiente del teléfono, está claro que no le estás interesando demasiado; pero si, por el contrario, ni tan siquiera lo ha sacado de su bolsillo o ha hecho caso omiso a avisos o llamadas, es porque le estás encantando (buen punto a tener en cuenta).

Ir a una primera cita con grandes expectativas puede que acabe decepcionándote o que marque una relación en la que las cosas no lleguen a ser como tú habías imaginado. Tener imaginación es fantástico, pero es mejor controlarla y aprender a disfrutar del presente. La espontaneidad del principio es divertida y procura mostrarte despreocupada ¡sin compromisos!

Nunca des la cita por perdida antes de tiempo. No a los prejuicios. Recuerda que los polos opuestos se atraen (a una culé como yo, le encantan los merengues) y suelen complementarse. Recuerda que es sólo una primera cita, déjate llevar porque quizá acabe gustándote más de lo que habías imaginado.

La elección del "modelito" apropiado es algo que siempre nos trae de cabeza. En ocasiones hasta con varios días de antelación. Pero la mejor elección es la de algo con la que seas tú misma. Algo que tengas en tu armario con lo que te sientas cómoda, no es necesario ir de compras. Recuerda que él no conoce tu armario, por lo que para él estarás perfecta con ese vestido que te hace sentir guapa. Preguntarle si "tienes que arreglarte mucho" puede ser una buena idea, porque puede servir para romper el hielo y así evitar que aparezcas con unos tacones de infarto si pensaba llevarte a comer una pizza.

¿Pretendes que sea él quien te conquiste, quien te llame, quien insista y hasta pague? Cuidado porque puede que él haya superado esos estereotipos. Si el chico te gusta, no te tires a sus brazos a la primera de cambio, pero hazle saber que te gustaría volver a quedar. Usa tus mejores armas, y no te muestres demasiado inaccesible o exigente. Hacerte la dura puede hacer que prefiera conocer a alguien más espontánea.

Puede plantearse la oportunidad del sexo en la primera cita, ¿por qué no? Si tú le has gustado, no dejaras de hacerlo porque decidas llegar hasta ahí. El sexo ni se puede ni se debe programar; surge o no surge, te apetece o no. Lo que no debes hacer es irte a la cama sólo por complacerle. Pero si la cita ha ido bien, ha habido química entre ambos, en todos los sentido, y una cosa lleva a la otra, no pongas límites. 

Puede que cuando termine la cita, no haya sido tan increíble como tú esperabas, aunque haya ido bien. Dale otra oportunidad, porque podría sorprenderte la próxima vez. Conocerlo en otros ambientes, en diferentes actividades,......no conocer mucho a la otra persona puede hacer que no haya demasiada sincronía, y ¿quién no está nervioso en la primera cita?.

¡SUERTE!

        Io*


martes, 8 de mayo de 2012

Persuasión


Definitivamente, tengo mi radar más que estropeado. Tengo predilección por los "no disponibles".

No sirve de nada negarme a mí misma que no me sigue importando. Él, sigue presente en mí cada día; no puedo evitarlo. Siempre me han dicho que tengo que luchar por lo que quiero, y eso, es tan cierto como complicado. 

Siempre hay algo más, aún cuando piensas que ya no puede ocurrir nada mejor en tu vida. Algo parecido a eso fue lo que me ocurrió cuando, de repente, ese algo se activó en mí. Eso siempre se lo agradeceré. 

Pero a ti te digo, que también creo, que es imposible que no hayas sentido todos los abrazos, caricias y besos que cada segundo te doy en mi imaginación. Es una locura, sí. ¿Pero qué puedo hacer para evitarlo? Es como el viento, que no lo puedes ver, pero sí sentir. Siento desesperación, esperando respuestas que no llegan.

No sabría decir, si el amor es aquel que se compone de una Tierra llamada "pareja" y asteroides sin forma (dudas y mentiras) que rodean a ésta, en un inmenso vacío. Igual el amor perfecto sea una mezcla de hermosos y diferentes planetas (confianza, amor, respeto) orbitando alrededor de la Tierra, sin molestarse, ni alegrarse; una Galaxia perfecta.

Quizá la perfección en el amor no exista, o la mayoría de los seres humanos no hayamos creído en ella. Aún así, estoy segura que muchos "locos" o "místicos" habrán muerto buscando su origen, disfrutando de aquello que buscaban y sabiendo aprovechar las pocas luces de una búsqueda infinita y dura. 

Me gusta tu sonrisa. Mis sueños son simples y sencillos. Paseo por los sitios más bonitos que pudiéramos imaginar. Sonrisas y besos que no tuviesen fin. Momentos dulces y relajados, donde, rodeados de música, diéramos rienda suelta a nuestros deseos. Largos y eternos días al lado de la persona que anhelo.

Haces que siempre tenga letras para ti. Te escribiré mientras exista una pluma y palabras que desee leerte. Escribiré, porque sentir nos hace grandes, nos hace soñar que se puede vivir con la esperanza de que algún día nuestras manos se rocen.

¡Cómo me gustaría poder disfrutar de tu aroma cada día, cada mañana, cada noche! Susurrarte que sí, que  por fin eres mío. 

        Io*