Vistas de página en total

martes, 28 de julio de 2020

Mi propia "normalidad"

   Muchas semanas después de mi última publicación, aquí estoy de nuevo...
 
   Muchos días han pasado, muchas cosas vividas, aún con el corazón un poco roto por todo lo que a todos nos a afectado, y afecta, esta situación que aún continúa, y también por otras que me han sucedido directamente.
   Estoy en una fase de recuperación, asimilación y "nueva propia normalidad". Y como las cosas tristes nunca vienen solas, por desgracia, la historia se vuelve a repetir.
 
   Necesito reestructurar mi vida, mi cabeza, mis sentimiento. Siento como si me hubiesen agitado como a una cocktelera y me urge volver a sentir calma.
   No sé si deba darle demasiada importancia al asunto, pues alguien a quien no llegas a conocer, alguien que no se atreve ni a cogerte el teléfono, no sé si merece siquiera este post.
 
   La verdad es que, a pesar de todas las dudas que me invaden, sigo teniendo muy claro lo que quiero y necesito, y lo que no, en mi vida. Eso no lo he olvidado. Mi gran "problema" debe ser que pongo los ojos en la persona equivocada, pero es que hay demasiados "especialistas" en vender humo, en adornarte tanto las palabras y situaciones que llegas a creértelo y, para una confiada como yo, eso no es muy bueno.
 
   Sigo repitiendo que las cosas no cambian de la noche a la mañana sin haber sucedido nada; que lo que opinas hoy no debe ser muy diferente a lo que opinabas ayer; que de las palabras hay que hacerse responsable y no olvidarlas tan pronto y, por supuesto, que a lo que se está se juega.
 
   Ahora me encuentro en la tesitura de tomarme un tiempo y mantenerme callada o dar por zanjada esta "situación". El problemilla es que cuando alguien aparece sin esperarlo ni buscarlo, y la vida te sorprende, te dejas llevar y eso cuesta olvidarlo.
 
   A ti, que aunque no leas esto....creo que, si me has llegado a conocer un poco, te has dado cuenta, me gusta el contacto cuando alguien me llama la atención y siento curiosidad por todo, igual es un defecto (lo siento), todo ello a pesar de los gritos de tu "yo dolido" pidiéndote que frenes.
   No sé que tengas que pensar o replantearte, no estoy en tu mente; yo sólo sé que si alguien quiere que estés presente en sus días, te lo dice y te lo demuestra, no hay más combinaciones, porque la persona que te quiere en su vida, de una forma u otra, no se lo piensa dos veces.
 
      Io*