Vistas de página en total

domingo, 7 de noviembre de 2021

¿Cuántas veces os han dicho que NO?

¿Cuántas veces os han dicho que NO?

Seguro que much@s de vosotros conocéis esa amarga sensación; esa que nos puede llegar a hacer sentir menos.

Una de mis mejores amigas ha vivido “enganchada” de un chico por 2 años y yo, lo he vivido en primera persona junto a ella. ¡Os cuento!

Los comienzos suelen ser siempre bonitos, todo es un camino de rosas y, a cada día que pasa, esa persona te gusta más y más, hasta el momento en el que eres consciente que te has enamorado. Porque el amor llega así, sin avisar. Hace click y te sorprende, te invade y hace que vayas por la vida con una sonrisa especial.

El tiempo pasa, se comparten muchos momentos y experiencias, y parece ir todo, despacio, pero por buen camino.

Y un día, igual que llega se marcha. Sin más, sin decir adiós o poniendo excusas “baratas” que ni él/ella se creen. Entras en un bucle, de confusión tal, que te hace ver la vida de color de hormiga. No entiendes, no obtienes respuestas, pero tampoco te atreves a buscarlo. Y un día, recibes un mensaje que dice “No estoy preparado para avanzar más en una relación. Tengo dudas y necesito pensar si quiero estar con alguien, pero lo he pasado muy bien contigo y me gustas”.

¿Qué pensáis? En mi opinión este tipo de frases las dicen, ÚNICAMENTE, esas personas a las que el único calificativo que se les puede adjudicar es el de EGOÍSTAS. Sí, egoístas, porque resulta que el mundo es un pañuelo tan pequeño que hace que te topes de narices con la noticia de que está conociendo a otra. ¡Si no estaba preparado! Pero…, ¿preparado para qué? ¡Para estar con una chica normal! Una chica que le ha dado todas las opciones, y alternativas del mundo, para que se sintiera cómodo. Una chica independiente, que no necesita a nadie para sobrevivir, con valores, educada, honesta…..

Ese “tengo dudas” se esfumaba a ratos. En esos ratos en los que a él le apetecía divertirse. Por eso les llamo egoístas, porque son personas que sólo piensan en su beneficio personal, muy lícito, pero sin tener en cuenta el daño que le pueden ocasionar a otras personas.

Cada uno tiene sus prioridades, está claro, pero mi abuela tenía razón “demasiado pollo para tan poco arroz”. Así que, tú tranquila amiga. No has perdido a alguien con quién disfrutar de la vida, sino que te has quitado una piedra de tu camino.

Hoy, ella sigue siendo igual de especial que lo ha sido siempre y a ti, “amigo”, déjame decirte que sólo el tiempo dirá quién perdió a quién, porque más de uno la quiere para algo serio, otros quizá sólo para sexo, pero tú fuiste el que la pudo tener para ambas cosas y no la cuidaste.

¿Segundas oportunidades? Quién sabe qué pase mañana, pero hoy…, hoy puedes leer esto y darte cuenta lo que perdiste.

 

Io*

               

 

martes, 2 de febrero de 2021

No me busques hasta que no te encuentres


   No, tú no eres el problema.
Resultado de imagen de no me busques hasta que no te encuentres   Que no te confundan, no eres una mujer exigente, eres una mujer que ha entendido lo que vale. Y si entendiste cuál es tu verdadero valor, entonces te mereces un amor que quiera saber de ti, que quiera saber cómo estuvo tu día, si llegaste bien a tu casa o si dormiste bien, por ejemplo…
   Honey…, si me buscas, voy a buscarte y a dejarme encontrar. Si no me buscas, no voy a buscarte y, con la misma frialdad, voy a abandonar. Si me mientes, voy a dejar de decirte la verdad. Si eres transparente conmigo, voy a colorear tu fragilidad del color de tu mes favorito. Si me quieres, voy a quererte y dejarme querer. Si me hieres, no voy a dañarte porque esa será mi mejor baza. Nunca voy a ponerte un precio. Si no estás en las malas, no voy a dejarme ver en tus buenas. Si no siento tu interés, no vas a percibir mi esfuerzo. Si te vas…., yo no vuelvo, pero si te quedas, yo permanezco. Si soy una segunda opción, pasarás a ser mi última. Si te alejas, no voy a ponerme cerca. Si juegas conmigo, te vas a quedar jugando solo. Si hablas lo que no demuestras, no voy a mostrarte todo lo bueno que escondo.
Resultado de imagen de no me busques hasta que no te encuentres   Si me restas, no voy a sumarte. Si no sabes ser empático, no voy a regalarte el placer de llegar a un acuerdo en un debate. Si no cuidas mi calma, voy a despreciar tus tormentas. Si no sabes valorar todo lo que escondo, voy a dejar de mostrarme. Si no me ayudas a levantarme, no voy a caer contigo..
   El tiempo enseña que si no saben estar contigo en todo, es mejor que no seáis nada. Porque cuando una puerta se cierra, se abre una botella….. ¿o cómo era? Jajajajaja.
 
     Io*



martes, 12 de enero de 2021

Y si vuelves.... ¿qué hago?

    Es increíble como, de un momento a otro, la vida cambia, se detiene eso que te hacía sentir en la nubes, esa persona que antes estaba…. ya no te habla, ya “no quiere nada contigo”. Es entonces cuando te ves en una noria que gira y gira más rápido  de lo que puedes soportar en ese momento. Necesitas que pare, necesitas un minuto para decirte: “

    ¿Qué ha pasado?, ¿Dónde han quedado las palabras, los gestos?”….

    Siempre he dicho, y lo mantengo, que es mejor no decir cosas que igual no puedes cumplir, puesto que la persona que lo escucha, esa a la que se lo dices, te creerá, claro que te creerá, más si se lo dices mirándola a los ojos. Y a pesar de todas las decepciones que me he llevado en mi vida, aún sigo creyendo que una mirada dice más que mil palabras, que las cosas mirándose de frente no pueden ser de mentira, pero veo que puede haber “especialistas” de la mentira que saben fingir muy bien, que te hablan tan convencidos, que es inevitable que no lo creas.

    Te conocí. Por fin te conocí. Te tuve a mi lado, mirándome, hablándome, tocándome, eso no lo voy a olvidar tan fácilmente. Tus besos espontáneos, me los creí. Me pusiste nerviosa y mi lado cursi no se lo enseño a cualquiera. Pero has jugado conmigo, parecías convincente y ahora piensas lo contrario. Dices una cosa y luego es otra y, lo siento, pero no sé con qué quedarme, porque una persona no cambia de opinión tan rápido, y tú….. no vas a ser la excepción.

    Ayer, para mí, la vida se me detuvo un tiempo. Me dio otra lección: “no confíes en cualquier palabra, no confíes en cualquier gesto, no te entregues tanto”. Siempre me dice lo mismo, pero siempre termino cayendo, porque es inevitable, porque una siente y ante esos sentimientos no hay autocontrol que valga.

    Hace tiempo la vida me habló de ti, pues esta no es la primera vez que “despareces” de mi vida. Sí, claro que me he preguntado: “¿Volverá a suceder?”, porque dicen que no hay dos sin tres. Ayer me recordó cosas que tal vez ya había olvidado o que, simplemente, tenía guardadas. Necesitaba, y necesito, es abrazo que ahora nadie puede darme. Necesito llorar, sí, porque si lo echo fuera no me dolerá tanto dentro.

    No podemos decidir cuándo, dónde, por qué y con quién, porque cuando no esperas nada, todo llega….., o no. Y últimamente, ese es el pensamiento que me atormenta. Que debe ser que yo tendré algún problema, alguna tara que no resulta atractiva para nadie. No me agobia estar sola, pero no puedo negar que me apetece vivir algo bonito, diferente, algo verdadero. Por intención no es.

    Realmente hemos venido a aprender. Intentarlo las veces que haga falta no es perder. Solo hay que entender que hacerlo mal es parte del proceso, de eso también se trata la vida. El orgullo se esfuma cuando alguien te importa, y la sinceridad brilla por sí sola cuando quieres a alguien de verdad. No estamos para rogar, para exigir ni para sacar respuestas con sacacorchos, ni para pedir explicaciones, tampoco para darle más vueltas a la cabeza de las necesarias. Estamos para vivir en paz y con la conciencia tranquila de hacer las cosas bien y, siempre, de y con corazón. Y aceptar, sólo, a quien lo haga de la misma forma.

    Olvidamos, con demasiada frecuencia, que la vida es corta, que hay que decirle a la gente que quereos cuánto nos importa. Se nos olvida que podemos con todo, y que todo es pasajero. Que lo que damos siempre vuelve de algún modo, que lo que callamos pesa, que las personas pasan, que las deudas se pagan, que las heridas sanan y que es el tiempo, el único que no regresa.

    Quizá en otro momento, en otras circunstancias o en otra vida, tú y yo podamos volver a coincidir, y quién sabe qué pueda pasar entonces. Estoy segura de que nos reconoceremos, aunque tengamos otras caras o cuerpos, porque no se sienten con cualquiera todas las cosas que sentimos.


        Io*