Juro que trato de entenderlo; ver qué es éso tan "malo" en mí como para que, tal vez, pose sus ojos e todas, en todas menos en mí parece.
Trato de encontrarme ese defecto que parece le asusta, y aún sabiendo lo imperfecta que soy, vaya que me esfuerzo en darle la mejor versión de mí.
¿Por qué la superficialidad tiene tanto pesa aún hoy en día? Qué idiota!!! no darse cuenta de todo lo que soy capaz de hacer, aunque tal vez lo note y sea tan cobarde como para no enfrentarlo o es porque simplemente le da igual, pero ¿cómo pueden darle igual los sentimientos de alguien?
No lo entiendo y posiblemente no quiero entenderlo, sólo quiero quererle y un día llegar a estar frente a él. El sueño de besar sus labios sólo míos, eso continúa intacto; acariciar su piel y morder la comisura de su boca, besar sus mejillas a mi antojo y reconocer su olor.
Por momento desisto porque este papel me aburre, me duele incluso. Yo quiero serlo todo: su amante, su cómplice, su confidente, la pieza que falta en su rompecabezas, el tornillo que tal vez le haga falta, todo, absolutamente todo, pero al final del día me visita a menudo la desilusión... no es nada, ¡No somos nada!
¡Estúpido Cupido! Una vez más lo ha hecho, flecharme con el hombre incorrecto, ése al que yo quiero como a nadie, pero que él tal vez me quiera como a todas...
Io*
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