
Todo pinta mal, fatal más bien, pero siento, en el fondo, que la vida puede darnos la oportunidad de conocernos, porque el Karma no es una venganza, es el reflejo de tus actos.
Quizá no haya gestionado bien las actitudes, las palabras u oportunidades, pero me asustaba porque nunca había querido así a nadie. Porque tenía miedo de que te fueses, que te olvidases de mí y encontrases a alguien mejor. Y no lo conseguí.
Quedarse con las ganas es peor que arriesgar y fracasar, por éso yo lo di todo, me lo jugué todo y me entregué toda, porque si quieres soñar, suena, dormida o despierta, como quieras, pero sueña. Que, además, es gratis.
Y si nada de éso funciona, me recuperaré de todas las tragedias del ayer.
Io*
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