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miércoles, 7 de octubre de 2015

Silencio "Shhhh"

Hola, son las 17:10 horas y desearía escribirte. Seguramente ya no lleguen a tus manos ni ojos mis palabras, porque me has vetado, me has puesto horarios..... ¿ahora?; pero en este día tan triste y frío como el chaleco antibalas de tu corazón, quiero que el mío, que no usa chaleco, hable por mí.

Sí, me hago shhhh, no debería pensar nada, me digo que no recuerde otra vez, pero me es difícil hacerme caso, es difícil dormir.

Apartarme y alejarte de mí parece que te está resultando muy fácil. Me da incluso miedo no volver a verte.

De todos modos, aquí seguirá esa persona tan habladora por si algún día vuelves o me regalas un "hola". Si ya sé que no soy nada, pero mi cuerpo y mis labios te buscan, y mi mente te piensa, en silencio, a la espera.

Te prometo que si algún día apareces, no te diré nada; te abrazaré y sentirás mi corazón, él hablará por mí. Y lo haremos "TODO". Porque el amor no entiende de pena, ni de excusas ni de tiempo. No merece la pena continuar sin razón; no sirve decir que no se puede, decir que no tienes tiempo para hablar. No sirve el "mejor no".

Querer es sincerarse; querer y poder siempre, sin excusas miserables. Querer es tener esas miradas cómplices y mensajes a deshoras. Querer es ver lo mejor del otro; sólo importa que te siente bien. Y yo....., yo creía que me sentabas bien.

Querer es sentir que está, aunque esté a 29 kms.

Yo quisiera que siguieses enviándome mensajes aún cuando lleves alguna copa, sólo para que puedas estar seguro de que yo también estoy pensando en ti. Quisiera ser esa amiga con la que adoras hablar, quedar,.....

Quisiera que me hablases de las noches que sales; que me digas que había una chica que te hacía ojitos y, que al ponerme celosa, me dijeses: "tranquila, me gustas así". El que me gustas eres tú. No!!!! Me encantas, y deseo acostarme contigo y morirme a orgasmos.

Pero me has vetado, y a partir de ahora tendré que dormir como Dios me trajo al mundo: sin tu mensaje de buenas noches. Aún así, todavía pienso en ti; empiezo el día recordándote, queriéndote volver a ver. Utopía, lo sé, porque ignoras mis gestos, mis mensajes,....... a mí en general.

Me quedaré con las ganas de decirte algún día eso de.....: "Buenos días dormilón, despierta ya. Sal de tu cama a comerte el mundo con esa bonita sonrisa, porque de comerte a ti..... ya me encargo yo".

¡Qué difícil es decirte adiós! Y es que el amor es un hábito que nos vuelve cerebralmente adictos.

    Io*

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