Seguro que a much@s de
vosotr@s os ha pasado más de una vez. Escuchas una canción y parece que está
escrita para ti, cuenta exactamente lo que te está pasando y como te hace
sentir; pero es difícil controlar las emociones, pensar con la cabeza fría.
He intentado casi todo para olvidarte, pero
el mundo a menudo se derrumba a mis pies y no logro aprender de la soledad. Realmente
me lo he propuesto muchas veces, pero he de reconocer que no quiero. Me
pregunto si sobreviviré a esto, a este te tengo y no te tengo, a esta confusión.
Duele tanto cuando quieres expresar lo que sientes pero todo lo que puedes
hacer es guardar silencio……. No me gusta hablar sola; es justo recibir
respuestas cuando preguntas, pero ni el tiempo, ni las palabras y tampoco las
oportunidades regresan: el tren pasa una vez.
Necesito de grandes dosis de paciencia para
soportarlo y sé que tengo que llorarlo mucho para finalmente curarme de ti;
pero no puedo, el tiempo pasado no puedo olvidarlo.
Los días de ahora ya no
me gustan, sigo sin entender porque todo no es como antes. Fíjate que hace 4 día
que has vuelto y sólo nos hemos visto……qué? 3 minutos de nada?? Eso no es
normal.
Cada día me propongo el
no decirte nada, es mi propia guerra interna; no suelo conseguirlo y después me
siento peor, claramente, pero qué puedo hacer si te quiero todo para mí !!!!!
Algunos dicen que el
pasado es eso, pasado y que por lo mismo allí debe quedarse. Yo soy de las que
no pueden evitar tenerlo presente; cuando hay cosas que te hacen feliz, que te
han calado, es difícil no recordarlas, no querer que todo siga igual……, eso es
lo que yo quiero.
Cuántas noches no he podido dormir
pronunciando tu nombre, pensándote, deseando escuchar tu voz; cuántas tardes
hemos pasado escribiéndonos, picándonos, y ahora…….., ahora yo no sé que hacer.
Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo, la noche entera es corta para
soñar contigo y todo el día es poco para pensar en ti.
Perdón si te llamo, si
te escribo, si te necesito o si me haces más falta, pero me desvelas y he
aprendido a quererte a mi pesar, eres como un vicio que no quiero dejar y
aunque me lastimes y las espinas se me claven más y más, quisiera estar
contigo, ser tuya hasta morir de dolor; moriría por decirte que estoy condenada,
encadenada, seducida, enloquecida, entregada al delirio, que quiero esa noche,
una y otra vez, esa noche para mí, debe ser para mí. Decirte: “Estás en mi
lista de sueños cumplidos”.
Io*
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