Las despedidas nunca son agradables, excepto las que te dejan
ese sabor a clorofila en la boca, porque sabes que no tardarás mucho en volver
a ver a esa persona.
Pero hoy me pregunto, ¿cómo te despides del amor de tu vida? ¿Cómo
le dices adiós para siempre? ¿Dónde guardas todas las palabras, los abrazos,
los besos que no le dirás, que no darás? ¿Qué haces con todas las miradas de
complicidad que ya no se encontrarán con las suyas? ¿Dónde guardar su olor?
Cuando los sentimientos no son correspondidos no lleva a nada
bueno. Si ya no marca la diferencia y lo que suele provocarte son tormentas en
la cabeza, has de sacudirte la lluvia, desconectar y hacer que tu vida siga
mereciendo la pena. Porque, amiga mía, vales oro, y si no la supo ver es porque
no te merecía, porque sabemos más de lo que decimos, aunque no digamos nada, y
una mujer segura no compite.
El mejor consejo que me han dado es que disfrute, que me deje
llevar, que viva el momento y piense menos ya que, a fin de cuentas, es una
tontería pensar en lo que vendrá, porque ni siquiera sabemos si llegaremos a
vivirlo.
Hay que vivir más y, después, que venga lo que tenga que venir,
pero que cuando llegue sientas que lo has dado todo. Si quieres quedar con alguien,
pregúntaselo! Si no quieres algo, dilo! Si alguien te gusta, confiésalo!, y así
con todo.
Si sale bien, estupendo. Si sale mal, nos curamos las heridas y
seguimos adelante, porque no estamos para quedarnos quietos llorando por
alguien que no quiere quedarse a nuestro lado. Porque cuando menos te lo
esperes, te toparás con eso que tanto te mereces.
Yo misma he vivido esa situación, y el problema es que la gente
suele poner más excusas que ganas, y así…. no va. TODO EL MUNDO NO SOMOS
IGUALES (por suerte). Así que, da igual si te han jodido 2 o 30 veces, ahí fuera
sigue estando la persona que te espera la que esperas. Basta, quizá, con dejar
de ensalzar lo que hasta ahora has conocido que no ha valido, y dar un giro al
tipo de perfil por el que te sientes atraída para, esta vez sí, acertar.
Déjate de mierdas del “antes” porque para el “ahora” no
necesitas pensar ni en ayer ni en mañana. Guarda todo lo bonito en un rinconcito
de corazón, no dejes que arrastre y recuérdalo como lo que fue: bonito mientras
duró lo bueno, el resto…., aunque te duela, olvídalo
Io*