Vistas de página en total

domingo, 29 de diciembre de 2013

Un año más

  Tenemos ya a la vuelta de la esquina el fin del 2013, y como cada año seguro que cada un@ de nosotr@s nos pondremos a pensar que ha sido lo mejor y también lo peor que nos ha sucedido durante estos 365 días. 

  Es cierto que nos tenemos que quedar con los momentos que nos han hecho felices, esos que nos han mantenido con la sonrisa en la cara, los que nos han hecho gozar, en los que hemos respirado libremente, experimentado nuevas sensaciones y emociones y hemos dejado a atrás los fantasmas del pasado. Pero, ¿quién puede olvidar los malos momentos? De ellos aprendemos también. 

  Si yo tuviese que hacer un repaso de mi año, podría resumirlo en que ha sido como una gran noria que no ha dejado de girar, a toda velocidad, durante todo el 2013. Con sus buenos momentos pero también con momentos de añoranza, de melancolía, de echar de menos, constantemente, a ese alguien que me ha desarmado y ha entrado con todo su ejército hasta lo más profundo de mi.

  Echo de menos, de cuando era niña, que al no tener pasado que nos perturbe  ni futuro que nos preocupe, sólo vivíamos el presente; pero esa es una de las cosas que olvidamos cuando crecemos.

  Sé que no está bien quejarse de si ha sido un mal año o no, porque siempre hay quienes estén peor que nosotros, pero a menudo eso lo olvido. Sé que tengo que alegrarme de que mi familia esté unida, feliz, sana, que he descubierto amig@s que son de esos de verdad, con los que puedes contar, que te escuchan y animan en tus horas bajas, pero que también están para los momentos divertidos, esos son los bueno AMIGOS.  Sobre todo, sé que tengo que alegrarme de estar viva. 

  Cuando comenzó este 2013 pensé "va a ser un buen año"; me tocaba cumplir una cifra redonda: los 30!!, superar esa barrera que dicen tanto cuesta y que yo ahora estoy comprobando, porque sí que cuesta. Todo iba marchando como, más o menos, marcha siempre: días guays y días de esos tontos. La verdad es que ha pasado demasiado rápido, más de lo que me hubiese gustado, y reconozco que no lo he vivido con la positividad que hubiese debido, pero es algo que creo que no me caracteriza, aunque voy a empezar a hacerle caso a esa amiga que tanto tiene que aguantarme con mis paranoias (tú sabes quien eres) y que siempre me dice que por qué yo siempre pienso que a mi no pueden pasarme cosas buenas. A partir de ahora prometo escucharte y hacerte caso (aunque me cueste), porque ya es hora, porque me lo merezco, porque quiero disfrutar y porque me da la gana.

  Y a ti, a TI, hoy no sé ni que decirte. Ha pasado otro año, pero ha sido diferente, porque me he dado cuenta de que lo que yo pensaba era sólo una tontería pasajera se ha convertido en algo diferente hasta ahora. Lo único en lo que no encajas conmigo es que eres fruto prohibido (por ahora). Pero como siempre hablamos, ¿quién dice que no se puede? ¿qué hacer cuando lo que se quiere y lo que debes hacer no es lo mismo?

  Yo aún sigo esperando mi "regalo". Ese que quizá sólo puedas darme tú, el mejor de todos los regalos, el que no dejaría de usar a todas horas; ya sabes que lo quiero y aunque nunca pido nada......., para con éste hago una excepción.

  Para despedir al año os deseo a todos, a los que conozco y a los que no, que os quedéis con lo mejor y también con lo peor, de ambos aprendemos (de lo de en medio no obtenemos nada, pasa inadvertido), para mejorarlo en el próximo. El 4 me gusta, el 2014 va a ser mejor año, así lo siento y lo quiero. Así que desde el día 1 miremos al futuro viviendo el presente, aprendiendo de él y disfrutándolo al máximo. 

  ¡¡¡FELIZ 2014!!!

    Io*


No hay comentarios:

Publicar un comentario