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miércoles, 30 de mayo de 2012

Esos días......

La memoria es perezosa e hipócrita, porque sólo retiene los mejores y los peores recuerdos, los tiempos más extremos, borrando la medida de lo cotidiano.

Cuanto más escucho su voz, más encuentro la claridad que tanto me ha seducido, esa mirada viva en la que podría llegar a perderme durante noches, esa sonrisa que a menudo está a punto de hacer desfallecer mis rodillas, cayendo completamente rendida.

Una vez me dijeron que la pena de la ausencia se borra ante la memoria de los recuerdos felices, pero yo siempre me pregunto: "¿Cuándo dejaré de pensarte tanto?". Me gustaría tener mil y una conversaciones contigo, preguntarte mil cosas y oír tus miles respuestas. Querría sentir tu mano junto a la mía, ir al lado el uno del otro. 

Hay determinadas situaciones que, a priori, pueden prestarse a determinadas actuaciones, aunque unas pocas veces en toda nuestra vida hay algo más fuerte que el deseo que, al final, termina imponiéndose a él. El miedo a la torpeza, el miedo a que descubras mis sentimientos, el miedo al día siguiente y a los días que vendrás después.

Desearía pasar noches enteras conversando contigo, el uno frente al otro, mirándonos a los ojos, cogidos de las manos. Pero también me digo a mí misa que tengo que vivir mi vida. 

    Io*


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