Vistas de página en total

martes, 17 de abril de 2012

Vivir


A menudo, nos toca vivir en tiempos en los que nacemos ya muy viejos. Predestinados a no mirarnos demasiado al espejo. Nos cuesta levantarnos cuando caemos al suelo, y recurrimos con facilidad a quedarnos siempre en él, con miedo, para no volver a caer. 

Cada vez que nos rompen el alma, parecemos zombies que no encuentran su lugar de reposo. Nuestra mirada, nuestra sonrisa, nuestras ganas....., cambian. Se nos quitan todas las ilusiones de por lo que luchamos, y ansiamos a que llegue el mañana, como si todo empezase de cero.

Creemos en mentiras, nos formados nuestro micro-mundo, pensamos que todos son buenos (inclusive nosotros mismos), nunca nos hacemos las preguntas que tanto deseamos, solo nos limitamos a hablar, reír y llorar, pero cuando nos conocemos, empezamos a mirar más lejos, a pensar que es lo que está pasando. Miramos donde nunca antes, si quiera, hubiésemos mirado. El tiempo vuela, y cada vez que nuestro corazón se acelera, nos pasamos la vida entera buscando aquella mirada: la MIRADA.

Sé que me quedaré con muchísimas ganas de "verte" a mi manera. Muy en el fondo, sé que estoy ahí, en un pequeño hueco, apartado, en tinieblas tal vez, pero dentro de tu cabeza. Lo sé, porque me lo demuestras. 

Y cuando se acabe mi tiempo, volveré. Sé que volveré. Y quien sabe si nos volveremos a encontrar.


    Io*

No hay comentarios:

Publicar un comentario